2269 Los Caballos de Begoña

Sentido común


Mariano Pedrero Ascencio

publicado en Revista A Caballo
publicado el 26/03/2007

Estamos dispuestos a creer en aquello que anhelamos.
DEMOSTENES

En este artículo comentaré algunas experiencias personales en que la emoción que despierta un caballo, nubla la razón.

Sacarse la lotería.

Comprar un boleto de lotería sabemos que la posibilidad de ganar el premio mayor es escasa. Si nos va bien tendremos reintegro.

Hace algunos años fui a comprar caballos a Estados Unidos. Los ¼ de milla de conformación estaban de moda y yo quería un animal que fuera muy bonito y muy bueno en la silla. Pero los caballos bonitos de buena sangre para la rienda son sumamente caros. Adquirí una potranca muy estética con un poquito de caballos de rienda en su registro. Mis emociones me decían que iba a ser campeona en conformación y en rienda. Mientras tenia edad para montarse la competí en conformación. Obtuve terceros y cuartos lugares. Mi reintegro ya lo tenía pero no el premio mayor.

Entones recibí ofertas para venderla bien, mi razón decía vende pero mis emociones, va a ser campeona de calas y puede valer mucho mas. Al empezarla a montar era muy mansa pero floja y torpe. Aún así no quise venderla. La sentí durante su entrenamiento que no aprendía pronto. Con paciencia esperando un cambio, trabaje con ella año y medio. Sin resultados. La vendí después por el mismo dinero que me ofrecían cuando potranca.

SUPERMAN

Yo el más listo y capas.

En un coleadero vi un caballo apalusa aperlado, precioso, chaparrito, como de 6 años. El propietario intento colear y el aperlado. Se paraba de manos, se pegaba en las bardas, mordía las piernas del jinete. Un demonio. Mi ego me dijo tu compones a ese animal en un mes y lo vendes carísimo. Me apalabre con el dueño me contó que ese animal lo había mandado con varios arrendadores profesionales y nadie había podido con el angelito. Escuché a mi ego…. Pero tú eres el mejor, claro que peudes con el. ¿Cuanto vale angelito? Muy barato y fiado. Lo compre. Después de arriesgar mi vida durante cuatro meses Angelito era el mismo, aún con todos mis superpoderes. Tenia que deshacerme de él. No puedo engañar, mi prestigio está de por medio. ¿Quien querría al aperlado con estos antecedentes? Pues otro SUPERMAN. Pronto apareció y lo vendí perdiendo dinero.

Dos años después en una charrada encontré, colgado en un árbol, al precioso chaparrito en los huesos. Me platicaron que pasó por las manos de 4 superhéroes y el último se lo regaló al inconforme propietario actual.

LA OPORTUNIDAD

Oportunidades o sueños. Fui invitado de asesor a una subasta en San Antonio Texas con el propósito de escogerle un potro para rienda a un cliente mío. Antes de empezar la venta revisé físicamente los animales que de acuerdo a su registro y precio estimado le podían interesar. Marqué en el catalogo mis comentarios. En los lotes primeros no tenía nada seleccionado así que aproveche para ir a comer, el se quedó. Cuando regrese me dijo ya compre. ¿Cuál? Un potro hijo de un súper caballo con una súper yegua. ¿Por qué ese? Me lo dieron por $ 5,000.00 dólares y su papá cobra eso de maquila, no habrá otra oportunidad igual. Su valor estimado estaba en un rango de $ 20,000.00 dólares y en una subasta con más de 500 compradores no era posible que saliera en ese precio. Seguro que tenía un defecto grabe. Efectivamente: la mano izquierda chusquísima. “Oportunidad” al caminar era pata de palo no podía doblarla. Señalé al orgulloso comprador la tara pero dijo… Si no funciona en la rienda será semental. El tras mi opinión de que era inútil trabajarlo se lo llevo con otro entrenador, gastó su dinero y no logró nada así que cubrió yeguas con él que parieron más “oportunidades” chuecas.

Un día vino a verme, solo dijo que razón tenías. Lo recuperé como cliente ya no quiere oportunidades.

LA SUERTE

No es más que ilusiones. Tenia pocos meses entrenando un caballo cuando mi cliente propietario de este me dijo que quería competirlo en un caladero importante. Le hice saber que el potro aun que ya sabia ejecutar las maniobras requeridas todavía no podría participar en una competencia. Insistió que habiendo suerte ganaba. Mi consejo era preparar bien al potro, llevarlo a competencias chicas exigiéndolo poco a poco y cundo su rendimiento nos diera garantía entonces a la grande. La fortuna no tiene nada que ver. El potro nunca había estado en un lugar con tanto ruido, personas y cosas extrañas. Su nerviosismo era notorio. Su primera maniobra, la punta, fue excelente pero en lo demás su asombro no le permitió desempeñarse exitosamente. La suerte no llegó. Después de esta experiencia me tomó un buen tiempo relajarlo.

Exigir a un caballo verde en la rienda de esa manera tiene consecuencias.

LA AMBICION

Rompe el saco. Me trajeron a entrenar un caballo de 4 años apalusa sin registro. El caballo tenía habilidad y rompía en bueno, pero al dueño le paresia de mucha estatura. A el le costo $ 35,000.00 y pago otros nueve mil en mi adiestramiento. Decidió venderlo y pretendía $ 150,000.00 pesos por esta mina de oro. Yo pronto conseguí una oferta por ochenta mil, que no aceptó y decidió llevárselo.

Después de 4 meses, de ofrecerlo en los que el apalusa perdió adiestramiento, regresó con migo buscando su venta. Finalmente se vendió en $ 70,000.00.

Sí existen historias, que se convierten en leyendas de caballistas, en que se saca la lotería, se doma a un demonio, se adquiere una ganga o por suerte se triunfa inesperadamente. También minas de oro sin descubrir, pero mayormente son fantasías y exageraciones que distorsionan nuestra lógica y razón.

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